Por fin volví a reencontrarme con mis compañeros de VOLPONE.
Primer ensayo de tres. Y luego... actuación.
Fue un rato muy divertido, donde el "buen rollo" se transmite, se bebe, se suda, y eso es lo que debe respirar esta función, con lo cual... perfecto.
Muchos de los protagonistas no son PROFESIONALES, si entendemos por ello que se ganan la vida de esta manera. Pero si se entiende por "profesional" aquella persona que se enfrenta a su tarea con diligencia, seriedad y disciplina... la ratio sube mucho más!
Envidio esa frescura, esa naturalidad con la que abordan sus papeles. Casi me creo que tienen esas voces de falsete, esas narices picudas, esos movimientos grotescos, en su vida real! Me imagino a un comercial, o a un camarero, que con las espaldas encorvadas y las cejas peludas, alzan la mirada a su cliente, golpeándole la barbilla con sus narices de cuero, mientras le preguntan con voz estridente, "¿qué desea"?
Pa morirse de un infarto, vamos.
Y yo, que tengo un personaje mínimo, sin dificultad, irrelevante... no encuentro mi sitio. Dicen que un gran ACTOR consigue hacer obras maestras de los papeles más insignificantes. Pues contrastado. Soy un actor infame!!!! No me muevo con gracia, ni con soltura, no domino los tonos ni los "tempos", me falta ritmo, y velocidad... Mare mía!!!! No me despido porque no puedo! Y mira que repaso el texto y los movimientos en casa... y mira que vengo de una formación actoral ,aunque escasa eso sí, más gestual y física que psicológica...
Tengo tres días para no "cagarles" en la cara a mis compañeros. Para hacer un trabajo digno ante el respetable, y para sentirme cómodo bajo los ropajes de estos personajes estrambóticos y exagerados.
Me encuentro en una CRISIS de confianza actoral! Y lo malo es que creo que es fundada!!!!!
Aprender... aprender... siempre aprender... Sigo en ello.
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