Sala Xtremo: Gabrielle d´estrèes




La compañía LES GABRIELLES representó su obra "Gabrielle D´estrèes", basada en el cuadro "Gabrielle d´estrèes y su hermana en el baño", pintura anónima del siglo XVI. 

A partir de la escenificación de esta IMAGEN, se proponen una serie de "fotografías" o "cuadros", miradas supuestamente  poéticas a la realidad de este personaje histórico y a la figura de la mujer. O eso me pareció entender a mí, ya que reconozco que carezco de la sensibilidad necesaria para apreciar la belleza subyacente a estas puestas en escena o para captar su significado. Movimientos articulados por las dos actrices como antiguas muñecas de cuerda, posturas "artísticas", bidimensionalidad y miradas fijas, al ritmo de una MÚSICA tocada en directo, tecnológica y minimalista, no me llegaron con el significado que supongo que tendrían. Vamos, que la primera parte de la obra se me hizo eterna, y durante unos momentos temí que si este ritmo se mantenía toda la representación, sufriría un shock anafiláctico. 

Afortunadamente, a continuación se presentaron unos JUEGOS con proyecciones bastante más interesantes. Las actrices interactuaban con las fotografías, mostrando su dominio del espacio y de la composición. Tampoco entendí el significado, pero al menos era bonito. 

Tras todo este espectáculo, mudo y gestual, un paréntesis de TEXTO, que aclara algunas cosas sobre la historia (sí, después de todo parece que la había).  

Sigue a esto un BAILE extraño de caídas e incorporaciones sobre unos tacones de aguja, en un alarde de potencia y habilidad. Sin duda, el mérito de las actrices es evidente, en el plano físico y de destreza corporal. No obstante, tras los primeros cinco tropiezos, la cosa empieza a ser repetitiva.

Finalmente, un momento con hilos y cartones me despierta la IMAGINACIÓN y me saca del aburrimiento. 

En RESUMEN, veo algunos recursos escénicos curiosos, dominio del propio cuerpo por parte de las actrices y poco más. Me consta que el teatro de investigación pasa en muchos casos por la fusión con la danza, que el lenguaje corporal está tomando más importancia de manera progresiva y que la poesía de cada acto es subjetiva, pero reconozco que en este caso concreto no he sabido apreciar la química de estas mezclas o la sensibilidad de este arte. 

Se me hizo larga cada escena, y eso que la obra duró poco, el acompañamiento musical me cansó por su repetitiva obsesión por ser "moderno", y no me enteré prácticamente de nada, factor clave para que disfrute de una obra de teatro. PERSONALMENTE necesito que lo que veo, cuando menos, me "diga" algo, que me transmita aunque sea emociones puras, sin un argumento claro, pero esta pieza me dejó frío e indiferente. 

Como contrapunto, a una compañera que fue también, le encantó. Para gustos los colores. Quizá me falte entrenamiento en estos menesteres.     
 

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