Sala Xtremo: Devadasi Global Dance (Agua)


El espectáculo "Agua", es una pieza que, conducida por una narración que habla sobre la MUJER, su figura en la historia y su relevancia en el mundo, exhibe una serie de danzas en las que se mezclan diferentes tendencias, si bien la ORIENTAL marca todo con su definido carácter. El uso de elementos externos al propio cuerpo, como pueden ser unos pañuelos, panderetas, bastón y velas, salen en casi todos los números, vivos e insinuantes.

Un músico en directo, que usa instrumentos como el sitar, la pandereta y el derbake (ese tamborcillo tan gracioso), acompaña los ritmos que se marcan desde la mesa técnica, añadiendo un pulso vivo y exótico.

La danza del vientre y sus variantes, los bailes típicos de lugares lejanos y los ritmos exóticos, me suelen EVOCAR imágenes de sitios donde nunca he estado, y eso tiene su mérito. El conocer otras culturas a través de su música me parece una manera deliciosa de viajar. Los hipnóticos movimientos de las manos, usadas como lenguas ágiles, que hablan y comunican un sentimiento; el despliegue de una riada de músculos microscópicos que yo no poseo en grado alguno; el ambiente que se genera y te rodea, impregnando tus fosas nasales y llegando muy adentro... todo lo que se crea en torno a este tipo de espectáculos, me inunda y aturde. Me idiotiza agradablemente. 

No obstante, Devadasi Global Dance no logran CONVENCER. Parten de unas premisas atrayentes, usan unas armas seductoras, y manejan su arte con intención, pero no me transportan a ningún sitio paradisíaco, ni me hacen olvidar que estoy en una oscura sala de teatro. 

El espectáculo ya arranca flojo al basar la AMBIENTACIÓN en unas únicas varillas de incienso. El "rincón" del músico está más cuidado, pero el resto de la sala permanece desnuda. No pasa nada, a veces el propio baile llena el espacio. Mejor la nada que lo superfluo, me digo. 

DETALLES descuidados me hacen seguir dudando. Una luz del camerino, que traspasa la puerta y rompe la sobriedad de la oscuridad, las voces y comentarios oídos entre bambalinas, una bolsa de la compra abandonada en una esquina... 

La NARRACIÓN que teje los bailes empieza. Una preciosa voz que lucha por cargar de sentido un texto tan poético como vacío. La actriz intenta transmitir emociones que no siente. No hay naturalidad. No hay contagio.

Me concentro en la DANZA. Dejo que ella me inunde y anegue los vacíos que se han generado. No lo consigue. El uso de los mismos recursos, de elementos ya conocidos y de patrones repetitivos hace que, pasado poco tiempo, el interés descienda. Las bailarinas hacen su trabajo, parecen disciplinadas y muestran sus armas, pero transmiten inseguridad y cierta frialdad. Extraño la pasión, el alma. 

El ESPECTÁCULO me parece correcto, me entretiene y me ofrece momentos bonitos. Pero no me hace volar. No me eleva. Y si eso es así, para mí, la música y la danza no han cumplido su misión. 

Para interesados, ahí va el enlace a un vídeo donde se puede contemplar un resumen de su trabajo:
http://www.youtube.com/watch?v=rvibgqxqrDM

Buenas noches.

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